Esta vivienda fue construida para el presidente de la primera junta de gobierno, don Mateo de Toro y Zambrano, que vivió ahí hasta su muerte. Este compró el solar en el año 1769, encomendándole al portugués Joseph de la Vega su construcción, la que comenzó el mismo año. La construcción tardó 10 años, pero a pesar de la tardanza, el resultado fue muy elogiado. En su época fue el único edificio particular con fachada de piedras y de dos pisos.
Aunque a través de diversos medios se sigue difundiendo, es un error afirmar que en la Casa Colorada se llevó a cabo la Primera Junta de Gobierno de 1810. Este magno evento, escogido para celebrar las Fiestas Patrias, se realizó en realidad en el Tribunal del Consulado, que estuvo ubicado donde ahora se ubica el Palacio de los Tribunales de Justicia (entre las calles Bandera y Morande).
La Casa Colorada fue la residencia de los Condes de la Conquista hasta el fallecimiento de la IV Condesa, Doña Nicolasa de Toro-Zambrano y Dumont de Holdre de Correa de Saa. A finales del siglo XIX, pasó a sus hijos, los Correa y Toro, manteniéndose en manos de la familia hasta mediados del siglo XX.
Actualmente la Casa Colorada alberga el Museo de Santiago, encontrándose en muy buen estado. Allí se exhiben muestras relacionadas a la fundación de Santiago y su desarrollo a lo largo del tiempo.
La majestuosidad de la Casa Colorada, ciertamente se correspondía con el poder y la influencia de su propietario, el Conde de la Conquista, Mateo de Toro y Zambrano, miembro destacado de la elite santiaguina y que a edad avanzada llegó a presidir la Primera Junta Nacional de Gobierno, realizada en 1810.
Este carácter señorial sin embargo, resultó trastocado por las transformaciones que se manifestaron en la ciudad de Santiago con el advenimiento de la República en el siglo XIX, los cuales afectaron el entorno de la Casa Colorada: hacia 1850 la progresiva renovación urbana buscaba modernizar el rostro de la ciudad, eliminando aquellos rasgos más propiamente “coloniales”, por simbolizar los tiempos de la dominación española. El centro de la ciudad mutó desde espacio aristocrático a centro comercial y financiero, desplazando a la elite hacia otros sectores de la urbe.
La Casa Colorada no pudo escapar a la dinámica del período y después de sucesivos traspasos en su propiedad, se convirtió en 1945 en galería comercial: la “Galería Colonial”, que con sus negocios y restaurantes, se posicionaría como uno de los sitios imperdibles de la bohemia santiaguina. Boliches de fama como el Black and White y el Café Fancy, funcionaron en sus instalaciones, congregando a escritores, actores y periodistas.
Finalmente, en 1977, la Casa Colorada es declarara Monumento Nacional y en 1981, tras ejecutarse importantes obras de restauración del edificio, que restituyeron elementos que se habían perdido tras diversas modificaciones, se convierte en el primer Museo de la ciudad de Santiago.
El edificio patrimonial Casa Colorada se encuentra en proceso de restauración de sus instalaciones, por lo que el Museo de Santiago Casa Colorada se mantiene cerrado al público.
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Pasillo de la Casa Colorada (En la actualidad) |